domingo, 18 de noviembre de 2012

Mi destino


Miércoles 26 de septiembre de 2012
Estoy feliz. Este día ha sido perfecto. En la mañana el profesor de Redacción Universitaria dio los nombres de los alumnos que faltaban de enviar alguna de las cinco entradas del blog. Me emocioné cuando no me mencionó, ya que había tenido muchos problemas al subir la quinta entrada. Al terminar la clase fui a desayunar a la cafetería con Ulises y Fabiola. La mañana transcurrió sin novedad alguna.
Al entrar a mi casa en lo único que podía pensar era en comer, ya que había llegado más tarde de lo normal. Para mi fortuna mi hermana había cocinado mi platillo favorito. Al terminar me fui a mi cuarto a hacer mi tarea. Estaba muy concentrada haciendo mi diario, cuando de repente sonó mi celular. La curiosidad pudo más que mi concentración. Era un mensaje de texto de Christopher. Lo vi rápidamente y decía: “Hola, nena. ¿Cómo estás? Te invito mañana a ir al cine”. Una sonrisa se dibujó en mi rostro. Le contesté: “Hola, Chris. Estoy muy bien, gracias, pero mañana no puedo. Tengo mucha tarea acumulada. Qué te parece si lo dejamos para otro día”. Me moría de ganas por decirle que sí, pero quería que me rogara un poco más. Después de un rato me contestó: “Sí, nena, no te preocupes, sabes que siempre te voy a esperar. Te mando muchos besos”.
Viernes 28 de septiembre de 2012
¿Por qué Christopher no me habrá mandado mensaje? ¿Se habrá arrepentido? ¿Tendrá novia? ¿Se habrá cansado de esperarme? Miles de preguntas me pasaban por la mente. Me decía a mí misma: Tranquila, solo han pasado dos días. Ya te hablará. En la noche me había llegado un mensaje de texto y era él: “Hola, sigue en pie mi propuesta. ¿Mañana puedes? Tengo muchas ganas de verte”. Le contesté: “Hola. Claro, mañana a las cinco de la tarde, en el metro Tacuba”.

Sábado 29 de septiembre de 2012

Ha sido la cita más perfecta que he tenido. Al llegar al metro vi a Christopher tan perfecto como siempre. Hola, le dije y le di un beso en la mejilla. Él me tomó de la mano y me dijo: “No sabes cuántas ganas tenía que este momento llegara”. Al ver sus sexis labios, no podía contener mis inmensas ganas de besarlo. Era todo un sueño. Lo planeado era ir al cine, pero nos dirigimos a un parque cercano del metro. En ese lugar terminó lo empezado. Ya que en un abrir y cerrar de ojos. Me tomó entre sus brazos y me susurró al oído: “Me encantaría que fueras mi chica”. Apenas esperé que su boca callara y sin pensarlo lo besé. 

domingo, 11 de noviembre de 2012

Tanto para nada


Domingo 23 de septiembre de 2012
Odio los domingos: me parecen aburridos, monótonos y, lo peor de todo, es que las horas se me hacen eternas. Extraño a mis padres y a mi amor platónico: Christopher. Estuve a punto de mandarle un mensaje de texto, diciéndole que yo no había ido a Querétaro, que si nos podíamos ver, pero mi yo interior me decía: “No, va a pensar que eres una rogona”. Al fin comprendí que lo mejor era que no le dijera nada, y las cosas siguieran sin  novedad. Así transcurrió todo el día aburrido, pero eso sí, con bastante y tediosa tarea. Me puse a escribir el diario de la materia de Redacción Universitaria. Es el trabajo que más me cuesta hacer, nunca me brotan las ideas y es justo en ese momento cuando más las necesito. Qué ironía.
Al tener toda una intensa tarde de estar pensando, me di por vencida y llegué a la conclusión de que por hoy ya era suficiente, ya que me esperaba un inicio de semana y, por lo tanto tenía que descansar.
Lunes 24 de septiembre de 2012
Hoy fue un terrible día, después de pasarme toda la tarde haciendo el diario de la materia de Redacción. Cuando llegué al salón el profesor me mandó llamar. En ese instante me pasaron muchas cosas por la mente. Pensé “ya valió. Algo pasó con mi tarea”, y efectivamente el profesor me dijo que no había mandado mi quinta entrada del diario. En ese preciso momento puse mi cara de sorprendida y me dije “no puede ser, me recargo en la pared”. En ese instante sentí que todo mi mundo se derrumbaba. "No lo puedo creer. ¿Por qué a mí Dios?". Estoy segura que decía: entrada enviada. Le expliqué al profesor que sí la había enviado, pero no me creyó. Seguramente iba a estar reprobada, ya que en las otras entradas mis calificaciones habían estado muy bajas.
Toda la tarde estuve deprimida. Ulises y Fabiola me preguntaban qué era lo que tenía, pero yo les decía que nada.
Cuando llegué a mi casa, comí y después me fui a mi cuarto dispuesta a hacer tarea, pero al ver mi cama no lo pude evitar y me recosté, solo para descansar un rato según lo planeado. Cuando me di cuenta ¡ya eran las ocho de la noche! Y yo no había hecho nada. Terminé de hacer mis deberes a las 12 de la noche y me tenía que levantar a las cuatro y media de la mañana.

domingo, 4 de noviembre de 2012

La de la mala suerte


Viernes 21 de septiembre de 2012
Hace varios días que estoy sin escribir, no sé porque, pero hoy tengo muchas ganas de hacerlo. 
Ayer, cuando estaba en la cafetería con Fabiola y Ulises, me encontré a Christopher. Todos los jueves me lo encontraba, pero nunca se acercaba solo me decía hola.
 En la tarde, cuando llegué a mi casa de la universidad, recibí un mensaje de texto de él, diciéndome que me invitaba mañana a ir al cine. Obviamente hubiera aceptado, pero mañana no podía, ya que tenía que ir a Querétaro a ver a mis padres. Un poco desilusionada le respondí a Christopher: "¡Hola! mañana no puedo Chris, pero que te parece si lo dejamos para otro día". No sé cuantas veces cancelé el mensaje para que no se enviara, ya que en el fondo de mi corazón no quería perder esta oportunidad. Pero no podía cambiar todos mis planes por una simple cita. Al fin me animé y lo envié. En menos de dos minutos ya me había contestado. Rápidamente me fijé y decía: "No te preocupes nena (amaba que me dijera así) ya tendremos tiempo para vernos. Espero que te diviertas mucho con tus padres. Te mando muchos besos".
Cuando terminé de ver el mensaje, me sentía más enamorada que antes.

Sábado 22 de septiembre de 2012
Por fin se ha llegado el día de ver a mis padres.
Me apresuré a preparar mi equipaje, ya que eran las seis de la mañana y mi primo Antonio me había dicho que salíamos a las siete, pero yo era un poco lenta para arreglar mis cosas, cuando salíamos de viaje. Faltaban 15 minutos para la hora acordada y mi primo me habló para avisarme que ya nos íbamos. Salí corriendo y me subí al coche, en cual se encontraba Paola, esposa de mi primo. Saludé muy cordialmente, a pesar, de que no es de mi agrado. Al poco rato mi primo intentó encender el carro, pero no lo consiguió. En ese momento, lo único que pensé fue en Christopher ¿porque rayos tuve que cancelar mi cita? Antonio se bajó del carro, abrió el cofre e intentó ver qué pasaba, pero pues no tenía ni la menor idea. Paola y yo nos bajamos del coche. Mi primo le habló al mecánico, después de una hora llegó. Les explicó lo que tenía el auto. La verdad yo no entendí nada, lo único que logré percibir fue que estaría listo hasta mañana. En ese momento me sentí muy triste, ya no vería a mis padres y tampoco a Christopher.

domingo, 28 de octubre de 2012

Viejos recuerdos


Fue un día grandioso. Por fin vi a: Selene, Marisol, Diego y al chistoso de Erick. Mis mejores amigos de la secundaria. En el momento que vi a Erick, no pude evitar sonreír y sonrojarme, ya que recordé que había sido mi amor platónico de la secundaria, pero él solo me veía como su mejor amiga. Ahora ese sentimiento ya no me afecta; entiendo que fue un amor pasajero. Durante la fiesta estuvimos riendo, bailando, recordando todas nuestras travesuras y aventuras que habíamos vivido en nuestra adolescencia, platicamos de nuestras nuevas escuelas, nuevos amigos, etcétera. A las 11 de la noche se terminó la fiesta, y me despedí de todos, bueno excepto de  Erick, ya que se había ofrecido a acompañarme a mi  casa.
En el camino me venía platicando que estaba estudiando odontología en la UNAM. En ese momento lo envidie tanto, o mejor dicho lo odie, porque ese había sido mi sueño frustrado, y por el cual había perdido un año de estudios. Yo había hecho el examen de admisión, pero fui uno más de los rechazados de la UNAM. Desde ese momento, odio a todos los odontólogos, pero especialmente a los que estudian en esa escuela. Fingí y le dije: me da mucho gusto Erick. Al llegar a mi casa, se despidió de mí, y me dijo: dame tu número para invitarte a salir algún día. Yo dudé en dárselo, pero, no sé porqué razón se lo di.
Cuando llegué a mi casa me acosté, intentaba dormir, pero no podía. Pensaba y pensaba en lo que había sucedido. Después me di cuenta, que Erick no tenía la culpa que yo estuviera frustrada, por no haber sido aceptada en la UNAM. Ahora me doy cuenta que estoy feliz por haber elegido estudiar sociología en la UAM. Amo mi carrera y no la cambiaría por nada.
Lunes, 17 de septiembre de 2012

Apenas es lunes, y ya quiero que sea viernes. Especialmente esta semana quiero que transcurra más rápidamente.
Extraño mucho a mis padres, hace poco más de un mes, que no los veo. Espero con ansia el fin de semana, para ir a Querétaro y visitarlos. Nunca imaginé extrañarlos tanto, pensé que era capaz de estar sin ellos, pero ahora me doy cuenta que los necesito más de lo que creía, y lo peor es que cuando deseo algo, parece que no transcurre el tiempo. Apenas es lunes, tendré que esperar  cuatro días más. Yo creo que puedo soportarlo. 

domingo, 21 de octubre de 2012

Coincidencias de la vida




Sábado, 15 de septiembre de 2012
Ayer fui a mi primer fiesta con Fabiola y Ulises, mis amigos de la universidad. Estoy  muy contenta. Aún no puedo creer que haya tantas coincidencias en mi vida. Cuando llegamos a la fiesta, quedé impactada, ya que justo enfrente de nosotros se encontraba Christopher, el chico que conocí en mi primer día de clases.

Un amigo de Ulises nos invitó a entrar, pero yo tenía ganas de salir corriendo de ese lugar. Fabiola me agarró y no me dejó salir. Mientras todos estaban bailando, yo no podía dejar de ver a Christopher: su belleza me impactaba.

Fabiola y Ulises habían ido a traer algo para comer y yo me había quedado en la fiesta. De repente vi que Christopher se dirigía hacia mí. Me saludó, me quedé sin palabras. Lo único que fui capaz de decir fue: ¡Hola!

Yo estaba muy contenta, ya que él sí se acordaba de mí, me dio un poco de vergüenza cuando me recordó cómo nos habíamos conocido.Mientras él me hacía la conversación, yo estaba anonadada. Nunca pensé que algún día me iba a dirigir la palabra, o al menos reconocerme. Después de un rato platicando me enteré de que estaba estudiando ingeniería química, en quinto trimestre. Luego me invitó a bailar, y mientras estábamos bailando me dijo con su voz perfecta, tierna y a la vez varonil, que era una chica muy bonita y simpática. Entonces me pidió mi número telefónico, para que saliéramos algún día. Sin dudarlo se lo di.

Cuando me iba de la fiesta me despedí de Christopher y me dijo que había sido un gusto conocerme, que esperaba verme pronto. Al llegar a mi casa me acosté, pero no me podía dormir de la emoción.

Domingo, 16 de septiembre de 2012

Aún me sigo preguntado si fue un sueño lo que viví ayer. Cuando vi la hora en mi celular, no lo podía creer: tenía un mensaje de Christopher. Me decía que esperaba que tuviera un bonito día. No pude evitar sonreír, ya que ese mensaje confirmaba todo lo que había pasado ayer.

Hoy  tengo una reunión con mis compañeros de la secundaria, después de tres años de no verlos. Va a ser un día de muchas emociones. Espero pasármela genial con todos mis compañeros, y recordar viejos tiempos. En especial, tengo muchas ganas de ver a Erick, mi amor platónico de la secundaria, bueno eso creía yo.

domingo, 14 de octubre de 2012

Sentimientos encontrados



Domingo, 9 de septiembre de 2012.


Ya son las 11 de la noche, no puedo dejar de pensar, que mañana, por fin, es mi primer día de clases. Después de un año de no ir a la universidad; estoy muy contenta, emocionada y nerviosa, espero que todo salga como lo tengo planeado.


Martes, 11 de septiembre de 2012.


Ayer fue mi primer día de clases, no fue lo que yo esperaba, pues, ha sido uno de los peores días de mi vida. Pimero, el camión estaba muy lleno, mientras que todos dormían muy cómodamente, yo estuve  parada las dos horas de camino. Cuando me bajé del camión saqué mi celular para ver la hora, de repente un sujeto (al cual no recuerdo físicamente) me tomó por la espalda, y amenazando con un arma blanca me robó mi celular. Quedé tan impactada por lo que me había pasado, que cuando llegué a la universidad le pregunté la hora a una compañera, y cuando me dijo que eran las nueve, corrí y corrí, puesto que tenía la clase de Redacción Universitaria a las ocho y media.
Subí las escaleras del edificio B rápidamente cuando de pronto, me caí, intenté levantarme, pero, me había lastimado un tobillo, y para mi desgracia me vio el chico más perfecto que hubiera visto en toda mi vida: delgado, alto, su pelo castaño claro, y justamente lo bastante ondulado para resultar muy atractivo; sus ojos miel, y su nariz recta, ni demasiado larga, ni demasiado estrecha, ni demasiado gruesa. En ese momento lo único que quería era que me tragara la tierra. El chico me dijo: ¿estás bien? Su voz era la más perfecta que hubiera escuchado; tierna y a la vez varonil, mientras yo seguía incapaz de hablar, me volvió a preguntar: ¿te lastimaste? De pronto, fui capaz de contestarle: si estoy bien, solo me duele un poco el tobillo. Mientras me ayudaba a levantarme, no pude más, y le pregunté su nombre, un poco sorprendido, me contestó: Christopher, le dije: pues muchas gracias por todo, nos vemos, y me metí a mi clase, bueno el tiempo que quedaba.


Jueves, 13 de septiembre de 2012.


Ya casi cumplo una semana de ir a la universidad y todo está marchando bien, bueno mejor que el primer día de clases, estoy feliz, y amo mi carrera, no me arrepiento de la decisión de estudiar sociología, aunque mi familia no me apoye. Espero que todo siga bien.